Cuando te sientes bien, ¿te has parado a pensar qué es lo que realmente está sucediendo en ti?
Lo normal es creer que la sensación de bienestar es debida a las circunstancias externas, al objetivo que has conseguido –un trabajo, una pareja, un viaje a un lugar especial o las vacaciones. Causa y efecto. Y, por supuesto, en parte es verdad, ya que es una cuestión biológica de estímulo-respuesta, que genera endorfinas. Pero eso es sólo una parte.
La otra parte de la experiencia de bienestar depende de tu grado de conexión contigo y de tu congruencia personal. Y eso es algo que no depende de circunstancias externas, sino de tu autoconciencia y autoconocimiento. Es lo que te permite ser capaz de entrar en estado de flow (flujo) y ser más consciente del momento.
Pero cuando no se produce esa conexión mágica contigo, es probable que no experimentes la sensación que esperabas. ¿Te ha ocurrido alguna vez el hecho de repetir una experiencia que en otras ocasiones te hacía sentir bien y que ahora, inexplicablemente, te deja indiferente (incluso te da mal rollo)?
Así pues, surge la pregunta ¿cómo se puede establecer esa conexión interna?
La respuesta es el autoconocimiento. De hecho, existen muchas vías hacia el autoconocimiento. Es una cuestión de responsabilidad personal buscar los métodos que te ayuden a establecer esta conexión contigo. Pero el principal reto es enfrentarse a los propios fantasmas y su carga emocional, es decir, la acumulación de experiencias desagradables que no han sido adecuadamente procesadas.
En cualquier caso, se trata de tomar conciencia de que la sensación de bienestar es algo que está dentro, lo cual te libera de la dependencia de las circunstancias externas.